Ceuta

Nací en Ceuta (Africa),una mañana del mes de mayo en esa ciudad tan española,tan llena de luz y tan marinera.Una mañana cuando el olor de las flores inundaba los jardines de San Amaro y los de la Argentina.

Una mañana en la que el olor a salitre se paseaba por el Paseo de las Palmeras y el mar acariciaba la muralla de la Marina. Cuando las campanas de San Francisco anunciaban que el nuevo día había comenzado y las gaviotas chillaban por encima de los barcos que entraban por la bocana entre el muelle de la Puntilla y el del Cañonero Dato. La imagen del Monte Hacho se recortaba saludando de lejos a La Mujer muerta,el Yebel Musa, el Atlante dormido de la mitología.

¿Se puede encontrar un lugar más bello para nacer?

Allí encontré el amor de mi vida que acompaña mis pasos desde que Cupido nos lanzó aquellas benditas flechas que nos unieron para siempre y aunque el destino me alejó de esa querida tierra, a ella volvemos con nuestros hijos para bebernos su aire, su cielo, sus gentes.

Nacida en Africa, así se llama este blog y ese es el título que llevo con orgullo grabado en mi alma.

MALENA

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sábado, 24 de septiembre de 2011

Wara. Solsticio de Inwierno.



... ¡Oh, cuán lejos podría llegar! ¡Cuántos mundos no se me revelarían… sólo con que me atreviera a volar! —exclamaba el pájaro ante la puerta, abierta, de su jaula.

WARA


Nacida en África no es mi primer blog. El nombre del anterior no viene al caso en estos momentos, si lo digo es porque llevo tiempo en este mundo de bloggers y sé como es la dinámica del mismo.

Empiezas a conocer virtualmente a las personas y estableces unos lazos de unión que hacen que formen ya parte de tu vida. A la mayor parte no llegas a conocerlos físicamente nunca, aunque sí por fotos, y a otros, saltas la barrera de lo virtual y puedes fundirte en un cálido abrazo con ellos.Somos una gran familia no comprendida por el mundo de los no bloggers.

Todo esto viene a cuento de que en esas relaciones vas conociendo a las personas, sus sentimientos, ora de alegría ora de tristeza y los compartes con ellas.

Ella era Wara. Sólo sé que era galleguiña, que tenía una gran sensibilidad, que sus escritos estaban impregnados de la ancestral cultura celta. Siempre cercana a los compañeros que nos acercábamos a su "Solsticio de inwierno" para disfrutar de sus letras.

Wara dejó de escribir. Su último post fue del 10 de julio del 2010 y a pesar de que le escribí correos preguntándole si estaba bien y por qué no escribía, nunca tuve contestación.

Indagué entre los blogueros pero hasta hace unos días no me enteré de que en el verano del 2010 falleció. No sé cual era su verdadero nombre ni que edad tenía pero yo la consideraba parte integrante de mi familia bloguera. No pude contener mis lágrimas y una plegaria voló hacia ella.

No voy a quitar su enlace, porque a pesar de que ya nunca actualice su blog, sé que ahí está ella y cuando sienta que la brisa acaricia las hojas de los árboles, cuando oiga que los pájaros trinan más melodiosamente o vea a un río que canta al chocar contra las piedras, sé que será Wara que desde el cielo está escribiendo uno más de sus relatos.

In Memoriam.

domingo, 13 de marzo de 2011

Hablar sin palabras.


No sé si fue tu voz la que me llamaba sin palabras o era yo que necesitaba sentirte, el caso es que me dirigí hacia tu casa. Allí las puertas siempre están abiertas esperando que con toda la confianza del mundo entren sin llamar.


Entré y estaba la iglesia en penumbras, en silencio, y me dirigí al primer banco delante de una imagen de la Virgen con el Niño en brazos a la que llegaban reflejos de lamparitas encendidas por personas que habían pasado antes que yo.


Solté mi bolso y bajé mis mecanismos de defensa al igual que cuando llego a casa y sé que nada ni nadie me hará daño. No te hablé, sólo te miré, y sentí un cansancio muy hondo, como aquel del que le pesa la vida y por mi mente, sin palabras, iban pasando las imágenes de los seres que amo.


No sólo de mi familia sino de los amigos que sufren y las injusticias que rodean a otros y sentí como se me humedecían los ojos.


Cada imagen que pasaba por mi mente era un decir: ¡Protégemelo! ¡Qué conduzcas sus pasos a lo largo de su vida! Y también pensé en mí y en mis flaquezas y te pedí fuerzas para superarlas y para ser un sostén siempre para mi familia.


Y pensé que tengo fé y la tengo egoistamente porque si no existieras, tendría que inventarte porque te necesito en mi vida, porque cuando miro tu imagen con un brazo extendido y el otro señalando tu corazón, sé que puedo recurrir a tí en todo momento y que en aquellos instantes en que me fallan las fuerzas y el camino se convierte en pendiente y las lágrimas pugnan por salir, siento que al volver los ojos a tí encuentro el consuelo y el calor que necesito.


Gracias por escucharme, por comprenderme, por alentarme.



Malena